"[...] el loco es aquél cuyo discurso no puede circular como el de los otros: llega a suceder que su palabra es considerada como nula y sin valor [...]” (Michel Foucault / El orden del discurso)

lunes, 4 de mayo de 2009

Proceso Creativo


El hecho de salir no estaba en sus prioridades, día a día después de escribir un poco de su novela, se asomaba por aquella ventana, miraba el jardín, y casi siempre le asaltaba la idea de caminar un poco, durante el día se dedicaba a comer, fumar y estar tirado en aquel sofá, pensando en el siguiente renglón de la historia, sabía que era básico y tenía que conseguir un final excepcional, es probable que el último párrafo mejor dicho la última línea la había re escrito unas cien veces.

Aquella ventana era su único escaparate hacia la realidad, normalmente los pájaros de aquel bosque se acercaban con pequeños saltos de baile a comer las migajas de pan que tiraba con descuido.

Una de las cosas que más le atraía era el canto de los pájaros, siempre pensó que mientras cocinaba, lo venían a saludar, ya que ellos tenían la posibilidad de ver el sufrimiento, podían ver esas lágrimas de haber llorado en silencio el dolor de que le causaba el final de la novela, tenía que hacer algo, sin embargo no podía huir de sus impulsos.
Pensó en huir pero no era lo mejor, viviría atormentado en su patología psicótica obsesiva. Ese día se escondió bajo las escaleras, a meditar el siguiente paso, el magno final. Recordó haber guardado el revolver en el patio trasero, con llave en una gaveta. Lo tomó, subió las escaleras, colocó el revolver junto a su computadora, y mirando el bosque decidió poner fin a su obra, trasnochando paso el tiempo mientras fumaba y esperaba, de momento pensó que nadie se lo perdonaría, pero eso no importaba, el ya no estaría para saberlo, así que rió, pensó, la amo pero la he de castigar.

Su obsesión, lo orillaba a decidir olvidar idea tan absurda, y al fin la escucho llegar, resonaban sus pasos en la escalera, el tomo el revolver, casi había terminado de tejer su opera prima, la frase final estaba a punto de escribirse, hizo un ritual para despedirse, la perilla de la puerta giró, de inmediato se escucho un estruendo, un grito, cuando miró, el cuerpo del escritor permanecía inmóvil frente a ella.