"[...] el loco es aquél cuyo discurso no puede circular como el de los otros: llega a suceder que su palabra es considerada como nula y sin valor [...]” (Michel Foucault / El orden del discurso)

domingo, 3 de mayo de 2009

A veces...


Me quedé mirando al muro de enfrente como a veces lo hago cuando me pierdo en mis pensamientos. Aquí solo hay muro de enfrente no hay atrás, no hay costados, ni arriba ni abajo, y aunque si existan no tiene mucha importancia, está tan oscuro, mejor aclaro; creo que me quede mirando al muro de enfrente. Este lugar es muy pequeño, apenas y entro recostado, a veces imagino que es una cama enorme, es pequeño el espacio, pero mis pensamientos no, mis pensamientos son tan amplios que pienso en una cama enorme, en una gran comodidad, así me decía mi padre, que tu mente siempre vuele más allá de las fronteras, más allá de los muros.
Siempre le creí pero ahora no se me ocurre nada más que una cama enorme, una maldita cama enorme, con sabanas blancas y limpias. Aquí ni ropa tengo, solo un bata rota y mugrienta, llevo casi 30 días en este cuarto, ¿o serán 35? No recuerdo. Es probable, que hoy venga mi hermana, hace años que no veo a mi hermana, ella es tan bonita, es el orgullo de la familia.
Aquí el piso esta mojado, pero no me enojo, a veces cuento las gotas de agua que pueden caer en una hora de esa tubería rota en la esquina de mi cuarto.
A veces pinto en la pared, pero aquí no puedo ni ver, mis ojos ya se acostumbraron y apenas las sombras puedo reconocer.
Las horas pasan, no se exactamente la hora pero ya vendrán a visitarme, a veces nos permiten salir a caminar, yo no puedo, estoy castigado, pero cuando salimos siempre va una mujer de blanco conmigo, juego a que es policía pero ella dice que no. Tengo frío y el hambre me consume, espero que ya venga la enfermera a sacarme de aquí, ella siempre me saca de aquí, ella me cae bien, me cuida y me ayuda a comer, a veces me saca de aquí diciendo que no me esconda que cuando no me encuentra se preocupa mucho, además me tiene que bañar y limpiar, dice que parezco niño chiquito pero yo estoy grande, yo le digo que solo juego a que soy chiquito aunque a veces me la creo, que me escondo para que me encuentre. Es como un juego que ella no entiende.
Este lugar es bonito pero solitario y silencioso, me confundo, mi cuarto se parece a casa, pero sin papá ni mamá ni hermana, afuera es blanco, el piso, el techo algunas paredes parecen colchón, para cuando me pego no me duela.
Mis amigos son extraños, parecen que están pero no están, no les hago caso, tal vez también se esconden para que los encuentren.
Me voy es hora de dormir y si no me tomo la pastilla me regañan, a veces la escondo en la lengua para salir a ver la luna sin que se den cuanta. Si me la tomo no puedo permanecer despierto, bueno como les decía me tengo que dormir. Mientras esperaré a que mi hermana venga.